Pero ¿cuál es el secreto de este triunfo? Sin ninguna duda, el esfuerzo, el empeño y la responsabilidad de sus organizadoras: Matilde Mora y Sara Edwards. Me consta que ambas han puesto todo de su parte para que el proyecto llegara a buen fin.
Aunque, como lo he vivido más de cerca, puedo dar fe del entusiasmo, la dedicación, el celo e incluso el desvelo de Mati para conseguir su objetivo de acercar el miniaturismo a su tierra. Y a ella tengo que agradecerle muy especialmente el que me invitara a participar en esta feria a la que ha logrado darle un ambiente cercano, íntimo y casi familiar sin perder el rigor y la profesionalidad de un acontecimiento comercial. Su carácter amable, generoso y comprometido ha tenido mucho que ver en este desenlace.
Una pequeña muestra de "La literatura imaginada" ha tenido un lugar destacado en la Feria de Andalucía gracias a la voluntad de Mati y a la ayuda de Gema Minayo (Cyberarpía) y Santi, Cristina Caballero (Artdoll) y Diego. Mil gracias a todos por vuestra ayuda desinteresada.
La mesa tenía las mismas dimensiones que las de los demás artesanos del salón, pero Mati la ubicó estratégicamente en una esquina y consiguió un velador y un tablero para poder aprovechar el rincón. Yo me las ingenié para ganar altura mediante las propias cajas en las que transportaba las escenas y, de paso, logré transmitir movimiento y equilibrio al conjunto consiguiendo espacio para todos los dioramas. No quedó sitio, sin embargo, para colocar las cartelas informativas (son demasiado grandes porque llevan una larga explicación del libro en el que están inspiradas), ya que tapaban las propias escenas. Algunas quizá sí hubieran podido tener su huquecito, pero resultaba un agravio comparativo para los demás creadores. En cualquier caso, como yo pasé bastante tiempo en la feria, pude responder directamente las preguntas de los visitantes interesados.